La Cala de Finestrat ofrece rincones de paz y sosiego incluso en los meses estivales de mayor afluencia turística. Pese a ser pequeñita, tiene muchos lugares por descubrir. Uno de los más bonitos es el Mirador, que fue construido en los años 60 de la pasada centuria y está situado en la parte más alta del cerro del Tossal, que es un yacimiento arqueológico que data del siglo I aC. Desde aquí las vistas al mar Mediterráneo son impresionantes, con la Isla de los Periodistas enfrente, las siluetas de los edificios al fondo y la montaña a la espalda.

Desde el Mirador se puede apreciar el entorno natural que rodea a la calita, con pequeños riscos, acantilados y una naturaleza mediterránea espléndida para disfrutarla. Si se es amante del mar, es posible realizar esnórquel y buceo. El fondo marino es muy rico y variado, con varias especies de peces y corales. Si se prefiere el senderismo, desde el mismo Mirador se pueden realizar las rutas que hay tanto en dirección a Benidorm como a la Vila Joiosa.

Después de contemplar la amplitud del mar, se inicia la bajada hasta llegar a la Plaça de L’ Àmfora. La panorámica de la playa es inigualable. En estas fechas, próximas al inicio de la temporada turística de verano, la orilla ofrece su imagen más típica, con los turistas que eligen Finestrat como destino para pasar sus vacaciones y que desde primera hora del día extienden sus toallas y abren sus sombrillas para disfrutar de las todavía agradables temperaturas del mes de junio.