Aguas soleadas y tranquilas. Así se muestra La Cala en el primer día de marzo, el mes en el que se da paso a la primavera y a los días más largos. El sol apenas se ha escondido durante estos meses de invierno y, parece, que la llegada de la nueva estación del año es, más bien, una prolongación del buen tiempo. Con el termómetro rondando los 20 grados y la placidez de este mar de aguas cristalinas es fácil aceptar la tarjeta de invitación para bañarse. A las puertas del fin de semana, ésta es una muy buena opción para disfrutar del tiempo de ocio. Después, un ratito al sol para secarse y darle al cuerpo la energía que transmite el astro rey. El resto del día ya depende de las preferencias de cada uno, si bien es cierto que en el Paseo Marítimo hay una oferta gastronómica lo suficientemente atractiva como para no moverse de este cuadro con bonitas vistas al mar.