Septiembre vuelve a ser un buen mes para retomar las caminatas por el Puig Campana
Septiembre vuelve a ser un buen mes para retomar las caminatas por el Puig Campana
Septiembre es un buen mes para volver a caminar por el entorno del Puig Campana. La bajada de las temperaturas permite volver a recorrer este macizo y disfrutar tanto de la belleza de su paisaje como de su biodiversidad. Por sus laderas crecen dos especies endémicas: el Cistanche, una curiosa planta que forma ramilletes verticales de color amarillo y el Teucrium Lepicephalum o Zamarrilla, que tiene una curiosa forma de alcachofa, rodeado de flores.
El Cistanche es una planta con muchísimas particularidades. Pertenece a la familia de las orobancáceas, con un tallo craso, escamoso y robusto, que generalmente está ramificado y enterrado en su mayor parte, dejando asomar los racimos, terminado en flores. La corola, tubular y de gran tamaño, es violácea hacia los lóbulos, la garganta amarilla y la base del tubo blanquecino.
Es una planta parasitaria que ofrece muchos beneficios antienvejecimiento, tanto a nivel externo como interno. Entre sus cualidades destaca su capacidad para fortalecer el sistema inmunitario, proteger al cerebro de la neuroinflamación, por su actividad antiflamatoria, y protege frente a algunos cánceres, como el de mama, colon, esófago e hígado, debido a su capacidad para matar células cancerígenas o inhibir su crecimiento.
El Teucrium Lepicephalum es una planta aromática de pequeño tallo, unos 15 o 20 centímetros de altura. Los tallos son erectos y las hojas lineares de color verde por el haz y blanquecino por el envés. La corola es blanca, blanca-amarillenta o amarilla. Habita en suelos ricos en yesos, dentro de tomillares degradados y muy soleados. Para recolectar las semillas, que son bastante duras, es necesario deslizar los dedos firmemente a lo largo del tallo que contiene la inflorescencia.
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