La aliaga es una planta que tuvo múltiples usos en el Finestrat rural por su facilidad para arder
La Aliaga es una planta que crece en las laderas del Puig Campana. Manuel Mayor Rabasa, El Beato, ha estudiado durante 30 años todas las especies que crecen en este impresionante macizo. Gracias a su estudio y generosidad se abre esta sección para conocer la flora que crece en Finestrat
Aliaga. Argilaga. Ulex parviflorus Pourr
¿¿¿Sabías que...???
La ausencia de hojas me permite resistir la extrema sequedad del verano, al reducirse la transpiración a través de ellas.
Mis semillas son un alimento muy apreciado por las perdices y por las hormigas, favoreciendo mi propagación. Resisto muy bien los incendios, siendo una de las que antes broto cuando caen las primeras lluvias.
Mi presencia indica un empobrecimiento de la vegetación.
Adivinanza:
¡Más de cien por un camino, no hacen polvo ni remolinos! ¿Quiénes somos?
Curiosidades:
- La aliaga es la planta más aborrecida por los senderistas.
- En las caminatas, a través de nuestras montañas, nos llaman la atención un sinfin de árboles: el madroño, el fresno, la carrasca, el tejo… y plantas como el romero, la salvia, el tomillo, la manzanilla amarga, o las bellas orquídeas; pero hay una, la aliaga, de la que nadie se acuerda y, si lo hacemos, es de un modo despectivo. El motivo lo encontraremos en los pinchazos que recibimos de ella a través de sus espinas punzantes, principalmente durante el verano, estación en la que salimos erróneamente a la montaña con pantalón corto, y la planta está muy reseca.
- Me siento la más despreciada, incomprendida, a pesar de que soy de las pocas plantas que veréis florecer durante el invierno, aportando un precioso color amarillo-dorado a las montañas.
- Quisiera recordar, en mi defensa, la infinidad de usos que tenía en tiempos no muy lejanos:
- para encender el fuego, ya que ardo con mucha facilidad cuando estoy seca. De ahí el refrán popular valenciano: ¡Foc d´argelaga, foc de rialla!.
- para encender los hornos de cocer pan, los de cantarería.
- para prender la lumbre de las viviendas, proporcionando luz, calor y, al mismo tiempo, cocinar alimentos.
- para avivar el fuego en la quema de rastrojos que quedaban en el campo tras la poda de cultivos o de las siegas.
- en la matanza del cerdo, que se celebra el 11 de noviembre, San Martín, con la que se chamuscaba su piel. De ahí la expresión “A todo cerdo, le llega su San Martín”.
- en la limpieza de chimeneas, atándome en manojos con dos cuerdas igual de largas, de tal manera que una persona tiraba de arriba de la chimenea y la otra desde abajo, para eliminar el hollín.
- se me colocaban encima de las paredes de corrales para impedir la entrada de animales hambrientos.
- al estar florida en invierno colaboro a que las abejas obtengan el néctar suficiente para elaborar la miel, en una estación tan desfavorable para ellas.
- en la construcción de los “hormigueros”.
¿Qué son y qué finalidad tenían?
Me recogían en la montaña en manojos que se transportaban en mulas o asnos o lo hacían los propios labradores con capazos de esparto. Me amontonaban en la parcela, me cubrían de tierra, dejando unos agujeros (boqueres, en valenciano) para que una vez encendido el fuego, éste no se apagara por la falta de oxígeno. Terminado el proceso, las cenizas y la tierra quemada se esparcían por el campo para desinfectar el suelo de parásitos, malas hierbas y, al mismo tiempo, abonarla.
Todos estos usos que se hacía de mí y, de muchas otras plantas, dificultaban su expansión, manteniendo el monte limpio, evitando, en lo posible, los incendios forestales. Desgraciadamente, la pérdida, hoy en día, de estas actividades ha provocado que el monte esté sucio, facilitando en gran medida los temibles fuegos.
Y ahora, si me permitís, quisiera hacer un alegato a la presencia de pinchos robustos y afilados en mis tallos:
- no me puedo desprender de ellos, sintiéndolo mucho, puesto que, al carecer de hojas, ellos son los encargados de fabricar mi alimento.
- me permiten tener alejados a los animales herbívoros
Gracias a ellos puedo sobrevivir y les estaré siempre agradecida.
¡Tengo un sueño: que me aceptéis tal como soy y me recordéis con un poquito de afecto!
SOLUCIÓN a la adivinanza: las hormigas
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