Los menores de Finestrat reciben desde hace más de 70 años los regalos de manos de los Reyes Magos de Oriente
Si todos los niñas y niñas viven con una gran emoción la noche de los Reyes Magos, en Finestrat esta ilusión se multiplica porque en esta localidad de la Marina Baixa hay una tradición legendaria: Son Melchor, Gaspar y Baltasar los que dan personalmente los regalos a los más pequeños de la casa. No se sabe con exactitud cuándo Sus Majestades de Oriente hicieron esta mágica excepción, pero los más mayores del municipio también la recuerdan, por lo que no es aventurado decir que lo hacen, al menos, desde hace 75 años.
Con la llegada del turismo y el crecimiento urbanístico en La Cala, los Reyes Magos dispusieron que no solo iban a recibir de sus propias manos los regalos los niños y niñas que viven en el casco urbano. Decidieron trabajar un poquito más para que los menores que viven en la playa también se pudieran sentir igual de afortunados. Así, la tarde del 5 de enero es muy especial porque la Cabalgata de los Reyes Magos termina en una gran fiesta, en la que se va llamando a cada pequeño por su nombre, para que se acerque hasta su rey mago preferido y recoja ese obsequio que, previamente, habían pedido por carta.
A lo largo de todas estas décadas, los Reyes Magos han llegado hasta Finestrat de muchas maneras, aunque lo más normal es que lo hagan a caballo, seguidos de carrozas, donde van sus pajes y los regalos. Por más tiempo que pase, la ilusión y el nerviosismo de los más peques de la casa es igual. Los regalos han evolucionado en este casi siglo de tradición; la mirada de los niños y niñas ha seguido invariable.
Este cinco de enero, los Reyes Magos de Oriente llegarán de nuevo a caballo. Hacia las seis de la tarde, las familias estarán esperando para recibirles. En el casco urbano vendrán por la avenida de Benidorm, cogerán el carrer Nou y llegarán hasta la plaça del Poble. A La Cala también llegarán a caballo. Bajarán por la avenida Marina Baixa hasta la plaça de l’Àmfora. Se sentarán en sus tronos y empezarán a repartir los regalos. Una vez más, la ilusión se convertirá en realidad.
La importación de otras culturas de corte anglosajón ha hecho posible que la ilusión se pueda vivir por partida doble. Papa Noel visita a los niños y niñas todos los años por Navidad. Además, el turismo ha convertido a Finestrat en una pequeña Torre de Babel, en la que se mezclan decenas de culturas, hasta el punto que la mitad de la población que habita el municipio procede de Inglaterra, Rusia, Marruecos o Argentina, por poner algunos ejemplos. La magia no funciona para saber cómo será la sociedad finestratense dentro de 75 años, pero a buen seguro se puede augurar que Melchor, Gaspar y Baltasar seguirán dando los regalos a los niños y niñas y éstos seguirán esperando su llegada con gran emoción.
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