El Búho Real, un ave en peligro de extinción que se recupera en las laderas del Puig Campana
El Búho Real, un ave en peligro de extinción que se recupera en las laderas del Puig Campana
El Búho Real. El Gran Duque, así era llamado por el querido y añorado Félix Rodríguez de la Fuente. Brúfol Duc, en valenciano.
La magia se apodera del Puig Campana cuando el Búho Real la sobrevuela. Este es el ave que ha elegido para comenzar el 2025 Manuel Mayor Rabasa, nuestro experto el flora y fauna. Gracias a su generosidad es posible conocer mejor el hábitat de la segunda montaña más grande de la provincia de Alicante.
¿¿¿Sabías que...???
Soy un ave rapaz de hábitos noctámbulos, conocido popularmente como “el fantasma de la noche”, “el príncipe de las tinieblas” o “el rey de la noche” y, aunque la fama me precede, diría que ¡no es para tanto!
Soy la más grande de las rapaces nocturnas. De aspecto robusto y rechoncho. Mi peso oscila entre 2 kg. y 3 kg., mi altura es de 60 a 70 cm. y tengo una envergadura de 160 a 185 cm. Por cierto, las hembras son más grandes. Pesan alrededor de unos 4 kg.
Soy cabezón, cuellicorto, con orejas prominentes, que en realidad son penachos cefálicos que permanecen inclinados cuando estoy relajado, erguidos cuando se me molesta o cuando estoy en plena faena de apresamiento. Puedo girar la cabeza casi 270 grados, lo que me proporciona una visión periférica asombrosa.
El pico es curvo, corto, poderoso y de color negro. Las garras robustas, adaptadas para atrapar y sujetar las presas, con unas uñas curvadas, afiladísimas, de gran tamaño y negruzcas también.
Las patas, de color marrón pálido, son grandes y poderosas, están emplumadas hasta las garras y tengo cuatro dedos en cada una de ellas.
Mis ojos son grandes, el iris es anaranjado y la pupila negra.
Tengo una “vista de lince”, captando 100 veces mejor la luz que las personas, y un “oído fino”, que me permite escuchar sonidos de hasta veinte veces más bajos que los que percibís los humanos.
Mis alas son largas, anchas y redondeadas.
En mi plumaje predominan los tonos leonados como el amarillo rojizo, los pardos, los marrones, los grises pálidos, el negro parduzco y el blanquecino. El plumaje es más oscuro en las zonas dorsales y más claro en la ventral. Blanquecina es la garganta, la barbilla, alrededor del pico y el contorno de los ojos.
La cola es corta y marrón rojizo.
Cambiamos de muda completa cada año, entre julio y diciembre.
Nuestros entornos favoritos son barrancos, acantilados que están rodeados de árboles y arbustos, roquedos, cortados…
Nos alimentábamos principalmente de conejos, pero al reducirse considerablemente su población como consecuencia de las enfermedades que están sufriendo, hemos tenido que modificar nuestros hábitos alimenticios. Comemos liebres, ratas, ratones, topillos, ardillas, perdices, mirlos, erizos, lagartijas, zorros jovencitos, etc.
Nos ubicamos en posaderos como pueden ser las ramas y los montículos, desde donde oteamos a nuestras víctimas, pasando inadvertidos al mimetizarnos con el entorno. Observamos la presa y descendemos rápidamente con aleteos silenciosos sobre ellas, con un ataque rápido y certero, aniquilándolas con nuestras garras. Diríamos que el búho es sabio porque sabe escuchar antes de actuar.
A las presas las desgarramos con el pico en pedazos pequeños si son grandes. Si por el contrario son pequeñas, nos las tragamos enteras sin masticarlas. Digerida la presa, regurgitamos por la boca las partes menos digestibles, es decir los huesos, los pelos, las plumas, el pico y las púas de erizos. Nuestra existencia se detecta por la presencia de egagrópilas, que son bolas muy grandes de restos orgánicos.
Podemos capturar aves en pleno vuelo.
Nuestros principales depredadores son las águilas; los buitres; el zorro, que se come los huevos y a los polluelos; el jabalí, si nuestro nido se encuentra en el suelo; y, por encima de todos ellos, el homo sapiens.
Somos reservados, discretos, solitarios, por eso se dice que “cada mochuelo con su olivo” Somos sedentarios, territoriales y defendemos y guardamos nuestro territorio de intrusos. Lo hacemos con gran esfuerzo, lo que se conoce popularmente como “con sangre, sudor y lágrimas”. Delimitamos el territorio con nuestro canto y, el marcaje de piedras, con nuestros excrementos.
Nuestra mirada en penetrante, enigmática y desafiante.
El vuelo es silencioso, poderoso, ondulante, ágil y alternamos fuertes aleteos con suaves planeos.
Sólo admitimos compañía durante el cortejo, por eso de que “más vale estar solo que mal acompañado”.
Somos dormilones. Durante el día podemos llegar a dormir hasta 17 horas. Lo hacemos en los árboles o en las grietas de paredones rocosos. La actividad es frenética desde el atardecer hasta antes del amanecer. Raramente se nos ve volando durante el día. Si se da el caso es porque los humanos nos molestan o un depredador nos acosa.
Nuestro canto es un profundo y el gran aullido bu-hu-hu-hu puede escucharse a gran distancia. Como no podía ser de otra forma, hay muchos refranes de mi canto. Uno de ellos es “cuando el búho en diciembre canta, o llueve o templanza”. Cuando por la noche me oigáis ulular estoy mandando una señal de comunicación y suele ser para avisar a otros búhos que se mantengan alejados de mi territorio. Seguro que hielo la sangre a los más noctámbulos. Mi canto bu-hu-hu-hu se repite cada siete u ocho segundos.
Somos monógamos. Cortejamos a nuestra pareja con exhibiciones aéreas, ofreciéndoles comida e intercambiando sonidos entre ambos.
Cuando localizamos un buen lugar para iniciar la crianza cavamos un pequeño agujero en el suelo y emitimos sonidos.
Anidamos en el mes de febrero, en troncos huecos de árboles como los algarrobos y los olivos. También lo hacemos en zonas rocosas, acantilados, cuevas, repisas abiertas y, en definitiva, en lugares que estén a salvo de las inclemencias del tiempo, como son la lluvia, el viento y el frío. También aprovechamos los nidos de otras aves grandes. Raramente anidamos en el suelo.
El nido es rudimentario, no añadimos ramas, ni los tapizamos con hojarasca.
Mi pareja hace una sola puesta al año, de dos a cinco huevos blanquecinos, normalmente en invierno, en el mes de febrero, por eso de “febrero febrerín, el más corto y el más ruin”, o en marzo, a principios de la primavera, para el que también hay refrán: “marzo marzuelo, un día malo y otro bueno”.
La hembra es la encargada de incubar los huevos, mientras que yo le consigo el alimento. Solo abandonará la incubación para hacer sus necesidades y estirar las alas.
Al cabo de cinco semanas los huevos eclosionan. Ha llegado el gran día. Los polluelos nacen con el plumón blanco y, a los 10 o 12 días, cambian a parduzco. Su alimentación correrá a cargo de ambos progenitores.
¡¡¡Atentos!!!
Los polluelos no nacen todos al mismo tiempo. Si el alimento escasea los más pequeños morirán por falta de sustento, puesto que los hermanos más grandes y fuertes se “se llevarán el gato al agua”, o serán devorados. Se trata de un comportamiento llamado “cainismo”
A las tres semanas ya son capaces de alimentarse solos. A los dos meses comienzan a realizar los primeros vuelos y a los cinco meses desde su nacimiento ya están totalmente cubiertos de plumas.
Al final del otoño, una vez aprendidas las técnicas de caza y los peligros que les acechan, son expulsados del territorio y la madre cruelmente desterrada.
La madurez sexual la alcanzamos a los dos años de vida. Un porcentaje muy amplio no alcanzaremos el primer año. Lo que lo consigamos superar, podemos vivir hasta 20 años. En cautividad podemos llegar a cumplir 60 años.
Nos vemos obligados a enfrentarnos a una serie de amenazas:
- la reducción alarmante de nuestra presa favorita: el conejo, por enfermedades que les acechan.
- Electrocución y colisión con tendidos eléctricos.
- Atropellos
- Colisión contra alambradas.
- El cambio climático, con sequías muy prolongadas y consiguiente escasez de alimentos.
- La caza furtiva.
Nos consideraban en los años 70 una alimaña y se premiaba nuestra captura, viéndose reducida nuestra población alarmantemente. Actualmente estamos protegidos y gracias a esta medida estando en proceso de recuperación.
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