La bandera azul ondea de nuevo en La Cala de Finestrat. Un año más ha sido distinguida con este preciado galardón que reconoce la buena calidad del agua, de su fina arena y de todos los servicios que se prestan a los bañistas que eligen esta coqueta calita para pasar sus días de descanso. Fue en el año 1987 cuando se concedió por primera vez este distintivo, por lo que son ya más de tres décadas haciendo gala de un buen trabajo para que esta pequeña joya del Mediterráneo luzca con todo su esplendor.

La Cala de Finestrat es una pequeña playa de apenas 300 metros de longitud. Está delimitada, al norte, por la Barreta y, el Xoriguer, una cresta rocosa, marca su límite por el sur. Ha sido fotografiado cientos de veces por los turistas por su belleza, sobre todo, los pocos días que hay temporal, ya que ofrece una instantánea espectacular, al romper las olas sobre esta roca. Sus aguas son, salvo en contadas excepciones, muy tranquilas, cálidas y cristalinas, ideales para el baño.

Esta pequeña bahía, situada en medio de Benidorm y La Vila Joiosa, es una playa urbana, que está rodeada por un paseo marítimo, hecho de colores mediterráneos, y finaliza en una gran plaza, conocida popularmente como la Plaça de l’Àmfora, en recuerdo del nombre del edificio que allí estaba ubicado. En su parte central hay un párking público, con un centenar de plazas, y es en esta zona donde se ha abierto esta Semana Santa la nueva Tourist Info, con el fin de acercar toda la información de interés al turista.

En los meses estivales deja de lado la tranquilidad y se vuelve bulliciosa. En ella se practican numerosas actividades lúdicas y deportivas. Sin duda, una de las más esperadas es el torneo de vóley playa, que se celebra a mediados de agosto y es el más antiguo de España, por lo que es normal que en él se citen importantes figuras de este deporte.